Un punto importante es no dejar que la pintura se asiente por horas, debido a que remojar el equipo de aplicación tras ese lapso no eliminará la mayoría de residuos.
Lo primero es separar el regulador de aire de la pistola para pintar, pero antes desconecte el compresor de aire.
Tomen el diluyente de su elección y viertan una pequeña cantidad en el depósito de pintura.
Posteriormente, coloque la tapa de depósito y agítalo con la pistola de forma suave, asegurándose de que el diluyente cubra toda la superficie interna para disolver los residuos.
Hagan pasar el diluyente a través de los mecanismos del equipo de aplicación hasta vaciarla en un recipiente adecuado para su desecho.
Tras ello, apuntan con la pistola y aprietan el gatillo como si fuesen a aplicar pintura.
Usen toallas de papel para secar la pistola y repitan el proceso, al menos unas tres veces para que la posterior limpieza sea profunda y efectiva.
Enjuaguen por completo la pistola con diluyente y después con agua limpia.
Una vez hecho esto, enjuague con agua limpia y seque los componentes individuales que dejaron en el baño de diluyente.