Las armas de fuego, obviamente, no fueron creadas con fines deportivos.
Los primeros registros del uso de armas de fuego en guerras aparecen en 1346, durante un enfrentamiento entre ingleses y franceses.
Desde entonces, los armamentos han evolucionado, disminuyendo de tamaño y ganando cada vez más importancia en el combate.
Como deporte, el tiro se mezcló mucho con la práctica militar, que puede considerarse el origen del deporte
Las líneas de fuego utilizadas en combate sirvieron de modelo para las primeras competiciones, con disputas en las posiciones tumbada, arrodillada y de pie.
En 1867, se creó el Campo de Instrucción de Chalôns, en Francia, donde se realizó una práctica de tiro al blanco con rifles.
Además de los militares, los clubes de caza también contribuyeron a la creación del tiro deportivo.
La actividad de los cazadores incluso inspiró algunas de las evidencias que existen actualmente, como el skeet y el foso.
El tiro deportivo está presente en los Juegos Olímpicos desde la primera edición, en 1896, en Atenas.
Hasta 1964, en Tokio, solo participaban hombres.
Las primeras mujeres compitieron en la Ciudad de México-1968, en competencias con hombres.
Los primeros concursos exclusivamente femeninos surgieron en Los Ángeles-1984, en dos categorías: pistola de aire y carabina de aire.
Actualmente, el tiro deportivo se disputa en 15 categorías, nueve para hombres y seis para mujeres.
Hay tres categorías de tiro deportivo, que utilizan diferentes armas, y que se dividen en algunas pruebas:
Pistola: las pruebas pueden ser: pistola libre, deportiva (solo para mujeres), pistola de aire comprimido y tiro rápido (solo para hombres).
Carabinas: las pruebas pueden ser: tres posiciones (diferentes armas para hombres y mujeres), acostado (solo para hombres) y carabina de aire comprimido.
Tiro al plato: las pruebas pueden ser: tiro al plato, foso olímpico y foso de acrobacias.
En esta categoría, en todas las pruebas, hay una diferencia en el número de platos para hombres y mujeres.