Las mujeres participaron por primera vez en 1968, en Ciudad de México, en eventos mixtos que duraron hasta la edición de Moscú, en 1980. Se organizaron los primeros eventos exclusivos para mujeres solamente en Los Ángeles, 1984. La disciplina regresó al programa olímpico en la edición de Berlín, en 1932. En los eventos con carabina y pistola, los competidores deben acertar un blanco dividido en diez circunferencias desde una distancia de 10, 25 o 50 metros. Dependiendo de la disputa, tienen que disparar de pie, de rodillas o acostados. Con el rifle, los tiradores dirigen la puntería a blancos móviles, lanzados desde arriba y a su frente. Las reglas son distintas según la prueba, lo que incluye distancia, tipo de blanco, posición de disparo, número de disparos y tiempo disponible para disparar por participante. Las disputas se dividen en fases de clasificación y finales —el vencedor es el que suma más puntos—. La popularidad del deporte creció en naciones de lengua inglesa con la creación de organizaciones de tiradores en Inglaterra, en 1859, y en los Estados Unidos, en 1871.