Según la propia experiencia y la de otros cazadores/tiradores consultados, podemos decir que el 16 es un gran calibre para la caza y que su plomeo y llegada a la pieza es incluso mayor que el del 12. Hay quienes sostienen que en Europa estaba muy extendido y daba muy buenos resultados hasta que, por motivos de fuerte difusión americana, el 12 terminó imponiéndose hasta relegarlo a un segundo plano. Otras de sus cuestiones es que al ser un poco más pequeño que el 12 tira menos cantidad de plomo –normalmente 28 g–, cuando el 12 tiene una amplia variedad de alternativas, que van desde los 24 hasta los 36 g. Sin embargo, esta diferencia le juega a favor, porque implica mucho menor retroceso. Y como el arma tiene que soportar menos presión y su diámetro de cañón es inferior, utiliza menos material y, por ende, pesa menos. En este sentido, si la escopeta del calibre 12 no llega a apoyarse bien, el moretón en el hombro es seguro, mientras que con la 16 eso no ocurre. El secreto de la cola radica en la cola de perdigones: al ser más corta, es la más mortífera sobre la base de la carga estándar de una onza (28,35 g) que impulsa, y que puede poner los mismos 4 o 5 perdigones en la presa que el 12 con 32 g.