En el anterior artículo de esta serie dedicada a la aplicación del concepto de MOA “Medir la precisión”.
Hemos definido y medido la precisión, según la distancia a la que se realizan los disparos de prueba.
Para ello, tomamos un MOA como referencia mínima a tener en cuenta en la mayoría de los casos.
En demasiadas ocasiones los tiradores noveles no son capaces de valorar la precisión de un arma y su munición si un grupo o grupos de disparos no están próximos al centro del blanco utilizado.
A veces, incluso a pesar de estar frente a una agrupación Sub-MOA realmente precisa y no fácilmente alcanzable; a no ser tras un duro y constante entrenamiento con el arma.
Es necesario saber (cuando valoramos un arma o su munición) que el cañón de su arma, aún pareciendo idéntico al de otra arma del mismo fabricante y modelo, es algo único y diferente a los demás.
Esto es debido a los desgastes producidos por el uso, a los minúsculos defectos de fabricación, etc.
Una munición que se comporta perfectamente en un arma, no tiene porque hacerlo de la misma forma en otra de similares características.
Esa es la razón por lo que los fabricantes de armas de primer nivel ofrecen a sus clientes, tras una prueba en fábrica, un listado de municiones indicando las más idóneas para su arma en el momento que lo solicitan.
La búsqueda de la mejor relación cañón/munición no cesa nunca en un tirador de precisión debido al siempre cambiante estado de desgaste de los cañones.