Para saber si el sensor de tu cámara está sucio, se aconseja hacer fotos de prueba con un diafragma cerrado.
Las manchas del sensor son más fáciles de ver en fotos con diafragmas cerrados que abiertos.
En el caso de diafragma cerrado la mancha es más pequeña, pero la zona negra es más grande; los bordes de la mancha son más nítidos pues se pasa del negro al blanco en menos espacio y por tanto más visibles.
Empezamos con el papel blanco, y hacemos tres fotos cambiando el diafragma: f/5.6, f/16 y f/22.
Como podéis ver, con f/22 se aprecian más claramente las sombras, es decir, las “manchas del sensor”.
Comparando las manchas, verás que se cumple lo dicho antes: diafragma abierto, la zona afectada del sensor es mayor pero más suave, tan suave que a simple vista resultan difíciles de localizar.
Sin embargo, con f/22 no sólo la mancha rodeada en amarillo es visible, sino muchas más.
En estas fotos resulta todavía más evidente lo representado en la figura: fíjate como el área de la mancha se va reduciendo a medida que cerramos el diafragma.
La zona del sensor donde no llegan rayos es mayor para f/32, con lo que el efecto conjunto es que se ve mejor la suciedad con f/32.