Hace casi 3 millones de años, en la Edad de Piedra, y especialmente en el Paleolítico, donde la caza y la recolección era el modo de supervivencia, se encuentran ya herramientas elaboradas con diversas rocas de rotura concoidea, como el sílex, el cuarzo, o la obsidiana para fabricar herramientas y armas de corte o percusión.
En particular se han encontrado puntas de flechas de sílex.
En esta época se utilizan también otros materiales como la madera y los huesos, así como cuernas, cuerdas o cuero que complementaban perfectamente la fabricación de arcos.
Además, se han encontrado pinturas rupestres representando la caza, lo que demuestra que el arco tuvo un marcado uso en esta época.
Los egipcios, alrededor del año 3500 a.C. disponían de unos arcos que eran casi tan altos como ellos y las flechas tenían puntas de piedra o de bronce.
Dicen que ellos adoptaron el arco para cazar y luchar contra los antiguos persas, que iban equipados con lanzas y hondas.
Hacia 1800 a.C., los asirios introdujeron un nuevo diseño de arco construido con cuero, marfil y madera con lo que conseguían un perfil recurvo
En China, el tiro con arco se remonta a la dinastía Shang (1766-1027 a.C.).
Un carro de guerra de aquella época llevaba un equipo de tres hombres: el conductor, el lancero y el arquero.
El Medio Oriente mantuvo su superioridad y la técnica durante varios siglos.