El silenciador convierte esta energía de las ondas de sonido en calor, mediante vibraciones y rozamientos.
Las hace pasar por diversas cámaras y tubos con diferentes sistemas de absorción.
Cada fabricante decide cuál es la mejor combinación de métodos para reducir el ruido de su motor, según las necesidades, el espacio y el presupuesto del que disponga...
Silenciador de absorción: se recubren los tubos con lana de vidrio, lana mineral u otro material.
Asimismo, se puede forzar a que el sonido pase por varios conductos para absorber el máximo ruido.
Pero para ello, es necesario utilizar materiales resistentes a las temperaturas y al paso del tiempo.
Ventaja: funcionan al mismo tiempo como aislante térmico y acústico.
Silenciador de expansión: se realiza un ensanchamiento al tubo, para después estrecharlo de nuevo.
Esto permite que el sonido sea enviado de vuelta a la fuente.
Son útiles para aquellos sonidos concentrados de energía a muy pocas frecuencias.
Ventaja: son fácilmente combinables con cualquiera de los demás métodos.
Silenciador de resonador lateral: funciona perforando el tubo de escape y rodeándolo con otro de diámetro mayor.
Los tubos se dividen para provocar que el sonido tenga que pasar de uno a otro en repetidas ocasiones y que pierda volumen rebotando en sus paredes constantemente.
Ventaja: son compactos por la forma que tienen.
Silenciador de interferencia: hace rebotar las ondas sonoras para que interfieran entre sí.
Para conseguirlo se llena la cavidad con placas perforadas y paralelas.
Así crean pequeños ecos que cancelan parcialmente las ondas y reducen el ruido paulatinamente.
Ventaja: fácilmente combinable con otros tipos de silenciadores.