Si observamos la evolución que han tenido las zapatillas, podemos destacar una serie de mejoras en cuanto a las suelas y el corte. Antes de elegir las botas de fútbol sala perfectas para ti, es importante que te conozcas como jugador. No todos juegan de la misma forma. Además, cada uno de nosotros tiene unas necesidades diferentes y un tamaño del pie distinto. Por ello, lo que sea bueno para otra persona, no significa que lo vaya a ser para ti. De esta manera, una de las principales características, que tendremos que tener en cuenta, para elegir nuestras zapatillas de fútbol sala es que se adecúe correctamente a nuestro pie. Si estás dudando entre varios modelos, te recomendamos que elijas aquel con el que vayas más cómodo. Esta decisión será una de las más importantes. Una zapatilla de fútbol sala nos tiene que ofrecer seguridad para evitar la fatiga, lesiones, problemas de circulación, deformaciones óseas por llevar un número pequeño o dolores de espalda y rodillas, entre otros. Las zapatillas de velocidad te ayudarán a realizar movimientos más ágiles y no son tan pesadas. Por tanto, estamos ante un tipo de zapatillas con una suela media o baja. Las zapatillas de golpeo se distinguen por su robustez, ya que ofrecen un mejor golpeo y están más armadas. Las zapatillas de habilidad necesitas unas botas que tengan en cuenta la fusión del golpeo y velocidad. En definitiva, necesitas unas zapatillas que te ofrezcan versatilidad. Las zapatillas de suela baja están diseñadas para sentir el balón, ser más rápido y no sentir pesadez a la hora de correr. No obstante, tienes que tener en cuenta, que este tipo de botas, no ofrecen apenas protección. Las zapatillas de suela media ofrecen una buena amortiguación sin ser muy pesadas. Además, si necesitas llevar plantillas especiales, serán tus mejores aliadas. Las zapatillas de suela alta son robustas y tienen un corte clásico. Este tipo es muy común y es como se hacen la mayoría de las botas de fútbol sala. Están pensadas para jugadores que sean grandes o fuertes para poder soportar todo tipo de acciones sin que dañen nuestra planta del pie. También se pueden meter plantillas ortopédicas para mejorar la posición de nuestras plantas y no echar todo el peso en la pierna.