El Tiro tuvo sus orígenes en Europa —en países como Alemania, se fundaron clubes hace más de 500 años—. La popularidad del deporte creció en naciones de lengua inglesa con la creación de organizaciones de tiradores en Inglaterra, en 1859, y en los Estados Unidos, en 1871. Para el ingreso al programa olímpico, el principal incentivador de la disciplina fue el Barón de Coubertin, fundador de los Juegos de la Era Moderna. Campeón francés de pistola, él incluyó el Tiro Deportivo ya en la primera edición de la competición, en 1896, en Atenas. En 1907, se creó la Federación Internacional de Tiro Deportivo. A lo largo de los años, el deporte presentó cambios significativos para popularizarse: los eventos acompañan las evoluciones tecnológicas de las armas de fuego, y los blancos empezaron a tener una forma circular para que no recordasen animales o personas. El Tiro solo estuvo ausente en dos ediciones de los Juegos. Primero en San Luis, en 1904, y en Ámsterdam, en 1928, por un conflicto entre la ISSF y el Comité Olímpico Internacional.