¿Cómo realizar una volea en el fútbol?

Para realizar un golpeo adecuado de volea deberemos seguir una serie de pasos para evitar posibles fallos. El momento de golpeo es el paso es el más importante de todos, saber cuando debemos golpearle o no a la pelota. Es común que cuando el balón nos viene por alto nos precipitemos y queramos golpearle lo antes posible. El balón hay que golpearlo cuando está bajando y no cuando está subiendo, es decir, cuando está yendo en dirección al suelo. Después de entender que el balón debe estar bajando y no subiendo, el siguiente paso será posicionar el cuerpo correctamente. Como queremos que el balón vaya como una flecha, deberemos doblar un poco las rodillas y cadera, poner el cuerpo encima y golpearle completamente con el empeine en el medio de la pelota. Todo esto hará que el balón vaya totalmente recto y suba lo suficiente para ir como una bala de cañón hacia su objetivo: La portería; evitando así realizar un despeje, en vez de un tiro. Para que el tiro sea más difícil de parar por el portero, debemos intentar que vaya potente y con velocidad. Esto lo lograremos si aprovechamos toda la inercia de nuestro cuerpo y la impregnamos en la volea. Vete en velocidad hacia el balón, coge impulso con con la pierna hacia atrás y dispara bloqueando el empeine con un golpeo seco. Para realizar cualquier tipo de disparo y darle suficiente potencia es importante realizar un buen trabajo físico, donde el tren superior, tren inferior y la zona del core juegan un papel importante.

Para realizar una volea frontal exitosa, es crucial seguir una serie de pasos para evitar errores comunes. El momento de golpeo es esencial, debes saber cuándo es el momento adecuado para impactar la pelota. Evita la precipitación, el balón debe ser golpeado cuando está descendiendo, no ascendiendo. Golpear el balón en su ascenso resultará en un impacto en la parte inferior, enviándolo hacia arriba en lugar de directamente hacia la portería con potencia. Después de entender el momento adecuado, la postura corporal es clave. Dobla ligeramente las rodillas y caderas, coloca el cuerpo encima del balón y golpéalo con el empeine en el centro. Esto asegurará que el balón se mueva recto y ascienda lo suficiente para dirigirse directamente hacia su objetivo: la portería. Para hacer que el tiro sea difícil de detener para el portero, busca potencia y velocidad. Aprovecha la inercia de tu cuerpo, gana velocidad hacia el balón, toma impulso con la pierna hacia atrás y dispara, bloqueando el empeine con un golpeo seco. Un buen trabajo físico, involucrando el tren superior, tren inferior y el core, es crucial para dar potencia a cualquier tipo de disparo.

Para hacer un saque de volea sujeta el balón entre tus manos y da dos pasos para tomar impulso, apoyándote primero en el pie con el que vas a golpear el balón. Cuando termines de dar el segundo paso, busca un punto de apoyo sólido y deja caer el balón desde la palma de la mano opuesta al pie con el que vas a golpear. Lanza ligeramente el balón hacia delante, para que el pie lo golpee a 40 cm del suelo. En el momento del golpeo, la pierna debe estar extendida y cruzarse en la trayectoria del balón. Si lo golpeas con mucha potencia, corres el riesgo de dar un pequeño salto hacia delante. Apóyate sobre la pierna con la que hayas realizado el golpeo al terminar el movimiento. Variando la inclinación de tu cuerpo, puedes alterar la distancia y la altura de tus saques de puerta: Cuanto más alto lances el balón, menos distancia recorrerá. Algunos porteros expertos, hacen saques de media volea. Para hacer este movimiento necesitas tener una buena coordinación, ya que consiste en lanzar el balón delante de tu cuerpo y golpearlo justo después de que rebote. La trayectoria del balón tras este golpe será más baja, por lo que llegará más lejos.