La volea puede ser realizada de manera de drive o de revés, dependiendo de la posición en la que se encuentre el jugador en relación a la pelota.
En el golpe de drive, es importante iniciar el movimiento llevando la raqueta hacia atrás y luego hacia adelante de manera fluida y continua.
Al golpear la pelota, debes asegurarte de que la raqueta esté paralela al suelo y que el contacto sea en el centro de las cuerdas.
Por otro lado, en el golpe de revés, el movimiento es similar al de drive, pero la raqueta debe girarse para que la cara esté mirando hacia abajo.
La idea es golpear la pelota con un swing hacia arriba para generar efecto y potencia en el golpe.
Además, la posición básica para realizar una volea es con los pies separados a la anchura de los hombros y las rodillas ligeramente flexionadas.
Mantener una postura erguida con la espalda recta y los hombros relajados es fundamental.
La posición de las manos también es importante, utilizando un agarre continental, es decir, colocar la base del pulgar en el borde del mango de la raqueta.
Esto te permitirá tener una mayor versatilidad al momento de golpear la pelota.
Una buena técnica de desplazamiento incluye pequeños pasos rápidos y cortos, manteniendo el equilibrio y la estabilidad en todo momento.
Anticiparse al movimiento del oponente y leer sus intenciones te permitirá estar en una mejor posición para realizar una volea exitosa.
Mantener la calma y la confianza en tus habilidades te permitirá enfocarte en el golpe y ejecutarlo de manera efectiva.
La concentración en el presente es clave para potenciar tus voleas y maximizar tu rendimiento en la cancha.