Ayuda a mejorar la coordinación de movimientos. Facilita la capacidad de reacción, por ejemplo, cuando tenemos un traspiés. Ayuda a ejecutar movimientos de una manera más eficiente, lo cual previene lesiones. Fortalece el sistema neuromuscular y aumenta la estabilidad corporal, mejorando nuestro rendimiento deportivo. Aumenta el control sobre el propio cuerpo porque mejora la fuerza de nuestros músculos. Economiza energía, mejora la flexibilidad y, en consecuencia, aumenta nuestro potencial y rendimiento deportivo. Ayuda a corregir la postura corporal, lo que también evita lesiones. Existen muchos ejercicios, de mayor o menor dificultad, que nos pueden ayudar a mejorar nuestro equilibrio y que, como ya hemos visto, son muy beneficiosos para nuestra salud física. Sentadillas ayudan a fortalecer los músculos de glúteos y piernas, lo cual nos dará mayor estabilidad. Equilibrio en una pierna, con un ángulo de 90 grados, mantén la postura durante el tiempo que seas capaz. Después, cambia de pierna y repite el ejercicio. Equilibrio sobre manos y rodillas, eleva un brazo delante de ti en línea con tu espalda, después, haz lo mismo con la pierna opuesta y mantén la posición. También existen juegos sencillos como la rayuela que te pueden ayudar a mejorar tu equilibrio y que también son buenos ejercicios de coordinación. Disciplinas como el taichí, el yoga o el pilates son muy recomendables porque introducen muchos ejercicios para mejorar el equilibrio. Los ejercicios de equilibrio y estabilidad también te ayudan a mejorar otros aspectos de tu rutina deportiva, es aconsejable que dediques entre una y dos sesiones semanales específicas a tus ejercicios para mejorar el equilibrio.