Realiza un entrenamiento específico de velocidad Piensa qué tipo de velocidad quieres desarrollar y confecciona la rutina que mejor se adapte.
Para mejorar la velocidad de carrera, puedes hacer ejercicios específicos de sprints, tanto cortos como largos.
Te ayudará a trabajar la aceleración, la velocidad máxima y la resistencia a la velocidad.
Para trabajar la velocidad de reacción, puedes hacer ejercicios de agilidad, como escaleras de agilidad, conos de agilidad, cambios de dirección rápidos y ejercicios de reacción a señales visuales o auditivas.
Perfecciona la técnica de carrera Mejorar la técnica hará que progreses en tu objetivo de mejorar la velocidad.
Se trata de prestar atención a aspectos como la postura corporal, la cadencia de zancada, el ángulo de la rodilla, la longitud de la zancada o el movimiento de los brazos.
Para entrenarlo, puedes efectuar carreras de técnica, ejercicios de skipping o ejercicios de marcha con movimientos exagerados.
Ejercita la fuerza Desarrollar una base de fuerza en todo el cuerpo es fundamental para la velocidad.
Puedes hacerlo mediante ejercicios para entrenar la fuerza explosiva y la fuerza en general.
Respeta los tiempos de descanso y recuperación Los momentos de descanso y de vuelta a la calma permiten que el cuerpo se recupere y se adapte tras el estrés del entrenamiento de velocidad.
Es importante programar días de descanso y asegurarse de dormir lo suficiente para optimizar la recuperación muscular y el bienestar general.
Conviene recordar que el entrenamiento de velocidad debe ser progresivo y adaptado a las necesidades individuales de cada persona.