Para mejorar la velocidad, debes realizar un entrenamiento específico de velocidad, como ejercicios de sprints, tanto cortos como largos, que te ayudarán a trabajar la aceleración, la velocidad máxima y la resistencia a la velocidad. También es importante perfeccionar la técnica de carrera, prestando atención a aspectos como la postura corporal, la cadencia de zancada, el ángulo de la rodilla, la longitud de la zancada o el movimiento de los brazos, y puedes entrenarlo mediante carreras de técnica, ejercicios de skipping o ejercicios de marcha con movimientos exagerados. Además, ejercitar la fuerza es fundamental para la velocidad, y puedes hacerlo mediante ejercicios para entrenar la fuerza explosiva, como saltos pliométricos, saltos de caja, lanzamientos de balón medicinal, y la fuerza en general, como levantamiento de pesas, sentadillas, peso muerto, flexiones, dominadas y prensas de hombros. También es importante respetar los tiempos de descanso y recuperación, programar días de descanso y asegurarse de dormir lo suficiente para optimizar la recuperación muscular y el bienestar general. El entrenamiento de velocidad debe ser progresivo y adaptado a las necesidades individuales de cada persona.