La velocidad de reacción se puede definir como la capacidad de ofrecer una respuesta ante un estímulo lo más rápido posible.
En este caso, y aplicado especialmente a los porteros, estamos hablando de la reacción ante el remate de un adversario.
La velocidad gestual consiste en la contracción de los músculos a la mayor velocidad posible para generar el movimiento de alguna extremidad física.
Está relacionado directamente con la fuerza y la resistencia que necesita un portero para realizar un movimiento específico.
La simple hace referencia a cuando un portero no tiene ninguna duda y sabe con anticipación lo que sucederá.
Entonces la respuesta sucede de forma automática.
La compleja, en cambio, presenta un alto grado de incertidumbre.
Ya que los diferentes escenarios que pueden presentarse en un partido son muy variados.
Cuando el objetivo es achicar el ángulo de tiro al rival en muy poco tiempo.
Cuando esa segunda jugada desemboca en una situación de tiro lateral o con poco ángulo, si el portero vuelve a tomar únicamente balón como referencia, seguramente perderá la ubicación en portería al ubicarse muy cerca del primer palo, y dejando en total descuido el segundo.
Por lo tanto no se puede trabajar con un manual que garantice la efectividad.
Sin embargo, y a pesar de entender las situaciones del juego a nivel táctico para evitar rebotes que faciliten la resolución del rival, el trabajo de reacción para el correcto y rápido posicionamiento también resulta fundamental.
La velocidad de reacción en porteros es probablemente el aspecto más importante.
Y es por eso por lo que los entrenadores trabajan tanto en desarrollar esta habilidad.
La velocidad de reacción en porteros es probablemente el aspecto más importante.
Y es por eso por lo que los entrenadores trabajan tanto en desarrollar esta habilidad.