Los juegos defensivos son esencialmente los sistemas y estrategias que los equipos de fútbol implementan para defender su portería y evitar que el equipo contrario marque goles. El sistema defensivo de línea de cuatro es uno de los más comunes y tradicionales en el fútbol, consiste en cuatro defensores organizados en una línea recta, generalmente dos centrales y dos laterales, y busca mantener una defensa sólida y compacta. El sistema defensivo de línea de tres es menos común pero ha ganado popularidad en los últimos años, se basa en tres defensores centrales, con dos laterales que actúan como carrileros, y permite una mayor salida de balón desde la defensa y una mayor presencia en el mediocampo. El sistema defensivo de presión alta se ha vuelto cada vez más popular en el fútbol moderno, consiste en adelantar la línea defensiva y ejercer una presión intensa sobre el equipo contrario desde el inicio, con el objetivo de recuperar rápidamente el balón en zonas cercanas al área contraria y limitar las opciones de pase del equipo rival. El sistema defensivo de marcaje individual se utiliza con menos frecuencia, pero puede ser efectivo en ciertos casos, en este sistema, cada defensor se asigna a un jugador específico del equipo contrario y lo sigue de cerca en todo momento, intentando evitar que participe activamente en el juego. El sistema defensivo mixto combina elementos de diferentes sistemas para adaptarse a las necesidades del partido, puede incluir una combinación de marcaje individual y zonal, así como cambios tácticos durante el transcurso del juego, y requiere una buena comprensión táctica y comunicación entre los jugadores para cambiar rápidamente de un enfoque defensivo a otro según sea necesario. Los equipos exitosos suelen adaptar su enfoque defensivo según las circunstancias del partido y la estrategia del rival, la flexibilidad táctica y la capacidad de cambiar de un sistema a otro en función de las necesidades del juego son clave para mantener una defensa sólida y efectiva. La elección del sistema defensivo adecuado y la capacidad de adaptación táctica son cruciales para mantener una defensa sólida y contribuir al éxito del equipo en el terreno de juego.