No mantener la cabeza en alto.
Si no se presta atención a lo que sucede en el campo, es fácil perder de vista a los compañeros de equipo y al oponente.
Mirar hacia abajo también aumenta la posibilidad de perder el balón, ya que la atención se centra en el balón en lugar de en el campo.
No ajustar la fuerza del pase.
Si se hace demasiado fuerte, es probable que el receptor no pueda controlarlo y lo pierda.
Por otro lado, si es demasiado suave, es probable que el oponente intercepte el balón.
No usar la técnica adecuada.
La técnica es esencial en el fútbol, y los jugadores que no la dominan cometen errores en el juego.
Un pase con el empeine proporciona más precisión que otro con el interior del pie.
Además, es importante usar la pierna adecuada para pasar la pelota, dependiendo de la dirección en la que se quiera enviar el balón.
No leer el juego.
El fútbol es un deporte rápido y dinámico, y los jugadores deben ser capaces de leer el juego y tomar decisiones rápidas.
Si no se lee correctamente el juego, es probable que el pase no llegue al receptor y el equipo perderá la posesión del balón.
No comunicarse con los compañeros de equipo.
La comunicación es esencial en el fútbol, y los jugadores que no se comunican correctamente cometen errores en el juego.
Si no se comunica con los compañeros de equipo, es probable que el pase no llegue al receptor o que se envíe a la persona equivocada.