Existen varios factores que determinan las cualidades que debe tener un buen pase. Podríamos decir que debe tener un buen primer toque, ya que esto permite tener tiempo de mantener la posesión y crear pases efectivos. Un jugador debe practicar buenos hábitos entrenándose para recibir el balón con cada superficie de ambos pies: el interior, el exterior y el empeine. También es importante coger información (mirar donde están tus compañeros, los rivales, el hueco,…) antes de recibir el pase. Después de obtener un buen control de balón, el jugador debe tener claro su próxima decisión, sabiendo «dónde, cuándo y cómo» pasar. Debe considerar factores como si el pase debe ser firme o suave, si hay un oponente en el lado izquierdo de sus compañeros de equipo, si un pase por tierra o por aire mejora las posibilidades de mantener la posesión o anotar. La importancia del pase también dictará la siguiente decisión, y el ritmo del pase y el tipo de pase (raso o aéreo) son importantes. El jugador que pasa puede preparar al compañero que recibe para alentar la próxima decisión, y el jugador que recibe debe ser consciente de su entorno, girando la cabeza constantemente mientras inspecciona el campo para recopilar información. Un buen jugador tiene que tener un buen primer toque de balón, coger información antes de recibir un pase y estar constantemente en movimiento para buscar huecos.